El
Órgano de la Iglesia de Pedreguer
El nuevo órgano fue concebido,
desde su inicio, para integrar las funciones de retablo e
instrumento litúrgico en su presencia física dentro de la
iglesia. Al principio, la ubicación detrás del altar mayor fue
favorecida, pero durante el desarrollo del proyecto las ventajas
de la implantación actual fueron cada vez más evidentes. En su
forma final el órgano ocupa la situación tradicional del País
Valenciano, lateral, aprovechando la poca profundidad del crucero
norte y sonando de la forma más directa práctica hacia ambos
brazos de la iglesia: la nave principal y la hermosa Capilla del
Santísimo.
Su gran altura se debe a la
presencia de los tubos del flautado de 16 pies (de más de 5
metros de altura) en la fachada y la superposición de la
división del órgano mayor encima del positivo, logrando así,
contando la base y la consola, una composición en tres niveles
principales. Sentado al mismo nivel que el altar mayor, alcanza
casi hasta la altura de las bóvedas. Para articular este gran
volumen y buscar un sentido de escala, el elemento superior de la
fachada correspondiente al órgano mayor está concebido como un
órgano dentro y encima del resto del instrumento, con torres en
planta puntiagudas que destacan de la forma plana del nivel
inferior.
El lenguaje arquitectónico y
decorativo empleado en el diseño de este mueble se puede
caracterizar como clásico-moderno. Su forma y composición
derivan su inspiración directamente de la tradición gótica-
renacentista- barroca, y reflejan las divisiones interiores en las
proporciones y en los mismos tubos empleados en la fachada. La
altura y anchura de esta fachada hacen posible la poca profundidad
del instrumento, logrando un óptimo efecto sonoro y visual.
Aletas de madera reemplazan los
remates tradicionales, pero forman las mismas divisiones
proporcionales. Asimismo celosías de listones finos y dorados
tapan las claraboyas que hay encima de los tubos, donde
antiguamente tallas fueron empleadas. Líneas finas de dorado y
policromía verde sirven para destacar las aletas y las divisiones
entre montantes.
Para rematar la identidad ibérica
de este instrumento, la trompetería vuela por encima del
organista, pero además quisimos hacer hincapié en la tradición
valenciana, tan cerca de la tierra del famoso organista del siglo
XVIII, Joan Baptista Cabanilles. Por este motivo terminamos en
chaflán las grandes torres laterales de pedal con el flautado de
16 pies (antiguamente de 26 palmos). Un ingenio que logra acentuar
la esbeltez del mueble (por el mismo motivo su antigüedad de
origen).
Como últimos detalles, el sol y la
luna contribuyen motivos simbólicos y decorativos; la
resurrección resplandeciente que gira y demuestra la presencia de
la energía y del viento. La luna que simboliza la noche, vencida
en su situación inferior por la luz del sol arriba.
El
órgano: Técnica y filosofía
El órgano de la Iglesia de la
Santa Cruz de Pedreguer se compone a grandes rasgos de las
siguientes partes:
24 juegos o registros repartidos en
dos teclados manuales y uno de pedal. Las transmisiones de las
notas es a través de la mecánica suspendida, que une las teclas
directamente con las válvulas, técnica muy apreciada ya en los
órganos históricos por la pulsación sensible y fiel que
conlleva. El accionamiento de los registros o diferentes timbres,
es igualmente mecánico.
El órgano es un instrumento de
viento y tiene por tanto un motor-ventilador que lo produce y dos
fuelles con pliegues de piel que regulan el aire y respiran como
un pulmón.
El número total de tubos es de
1500, hay de madera y estaño, cada uno de los cuales está
calculado y preparado para la acústica de la iglesia de
Pedreguer, y finalmente ha estado cuidadosamente ajustado a ella.
El peso total del instrumento es de 9 toneladas; su construcción
ha costó aproximadamente 6.000 horas. Detrás de todos estos
datos técnicos, está el deseo de todo un equipo de crear belleza
y armonía: una obra de arte, que como tal tiene necesariamente su
filosofía propia.
La creación de un órgano es un
hecho único, irrepetible y como el instrumento ha de perdurar a
través de los siglos tenemos otra responsabilidad, aumentada
todavía más por el hecho de la donación directa de la
Fundación Server y Pérez entidad que compró y regaló el
instrumento al pueblo de Pedreguer.
Una obra de arte necesariamente
tiene que ser completa y equilibrada. Un órgano se compone de
múltiples detalles que precisan mucha atención para poder jugar
armoniosamente en conjunto, desde el diseño de la fachada al
movimiento sutil y seguro de cada pieza, su viento y la voz de
cada tubo.
Estilísticamente el órgano de la
iglesia de Pedreguer se compone tanto de técnicas centroeuropeas
como ibéricas, el resultado musical de esta simbiosis permite
interpretar un gran abanico de composiciones, pero sobre todo
nuestro instrumento quiere ser una expresión contemporánea, y
corresponder a los habitantes y a la tierra mediterránea luminosa
y transparente.
Durante siglos el órgano ha sido
exponente de cultura y prestigio. Con este instrumento, con su
energía y sus voces queremos dar testimonio de las intenciones de
todo un conjunto de personas de recuperar este fin. |